domingo, 21 de julio de 2024

马希文 (Mǎ Xīwén), mi nombre en mandarín

Hace ya unos años, una querida amiga, Tònia, sinóloga de raíces mallorquinas y una empleada suya,  Shangqi, originaria de Guangzhou, me hicieron un regalo por mi cumpleaños que no pudo llenarme más de gozo. Me regalaron mi nombre en mandarín, junto con su representación caligráfica tradicional.

Este es su significado:

马 (Mǎ)

Gramaticalmente, 马 es un término que significa "caballo". Culturalmente representa al caballo, que tiene un lugar destacado en la historia y la mitología chinas. En la literatura clásica, los caballos son asociados con héroes y guerreros, como en las epopeyas de la Dinastía Han y los relatos de los Tres Reinos. Además, en la mitología, el caballo celestial "天马" es un símbolo de excelencia y esplendor. Los caballos también son cruciales en la agricultura y el transporte, representando la fuerza motriz detrás del desarrollo y la expansión de la antigua China. En la práctica del feng shui, el símbolo del caballo se utiliza para atraer éxito y reconocimiento, reflejando la importancia cultural y simbólica de este animal.

希 (Xī)

Gramaticalmente, 希 significa "esperanza" o "deseo" y culturalmente, el carácter 希 es un ideograma compuesto por los radicales "乂" (que sugiere algo raro o escaso) y "巾" (un paño o una toalla). La combinación implica algo raro y valioso, lo que subraya la idea de esperanza y aspiración hacia algo preciado y deseado. En la filosofía china, la esperanza es un concepto central en el pensamiento confuciano y taoísta, donde la búsqueda de armonía y la mejora personal son fundamentales. Además, 希 puede ser visto en contextos históricos donde los emperadores y líderes usaban este carácter para expresar visiones de prosperidad y bienestar para sus reinos.

Por último, 文 (Wén)

Gramaticalmente, 文 significa "cultura", "escritura" o "literatura". 文 es uno de los pilares de la civilización china. En la dinastía Zhou, el concepto de "文治" (gobierno civilizado) se contraponía al "武治" (gobierno militar), destacando la importancia de la cultura y la educación en la gobernanza. El carácter 文 aparece en términos como "文人" (erudito) y "文化" (cultura), indicando su profunda conexión con la erudición y las artes. Los literatos y poetas, como los de la Dinastía Tang, son celebrados por su contribución a la rica herencia literaria de China. Además, 文 también se relaciona con el "文房四宝" (los cuatro tesoros del estudio), que son herramientas esenciales para la caligrafía y la pintura, artes veneradas en la tradición china.

En conjunto, el nombre 马希文 (Mǎ Xīwén) fusiona estos significados en una identidad que encarna la nobleza y fuerza del caballo (马), el anhelo de algo valioso y raro (希), y la profundidad de la cultura y el conocimiento (文). Esta combinación no solo crea un nombre con un sonido armonioso, sino que también teje una narrativa rica y multifacética. La figura evocada por este nombre podría ser alguien que posee tanto la fuerza física como la nobleza del caballo, la aspiración y búsqueda de algo elevado, y una profunda conexión con la erudición y la cultura, características altamente valoradas en la civilización china.

domingo, 14 de julio de 2024

Cálmate: tu teléfono no está escuchando tus conversaciones. sólo está rastreando todo lo que tecleas, cada aplicación que utilizas, cada sitio web que visitas y cualquier lugar del mundo físico al que vayas

Artículo original de JONATHAN ZELLER.

Una experiencia universal de la vida moderna es hablar de algo e inmediatamente después ver un anuncio que parece que debe ser el resultado de esa conversación. Quizá le digas a alguien que estás planeando unas vacaciones y empieces a ver anuncios de vuelos y hoteles. Tal vez hables de que quieres empezar a correr y te veas bombardeado por anuncios de zapatillas deportivas. Tal vez hables de lo duro que es estar soltero y veas una serie de publicaciones patrocinadas sobre aplicaciones de citas. Cuando esto ocurre, puedes sospechar que tu teléfono esté “escuchando tus conversaciones”.

Esta creencia es falsa y paranoica. No vivimos en una distopía tecnológica en la que nuestros teléfonos inteligentes utilizan clandestinamente sus micrófonos para captar cada palabra que decimos y luego alimentarnos con mensajes publicitarios basados en ellas. La verdad es más sencilla y nada alarmante: tu teléfono sólo parece escucharte porque está recopilando datos sobre cada palabra que tecleas, cada sitio web que visitas y, mediante el seguimiento por GPS, todos los lugares del mundo físico a los que vas.

“No es sólo que confíe en la imaginación de Sam Sax. Creo sinceramente que la libertad creativa de Sam libera el potencial de nuestra liberación”. - Saeed Jones

La histérica muchedumbre del sombrerito de hojalata te insta a apagar el teléfono siempre que vayas a hablar de algo privado -como tus opiniones políticas, creencias religiosas o afecciones médicas-, como si el teléfono fuera a “oírlas” de algún modo y las empresas tecnológicas fueran a utilizar esa información contra ti. En realidad, ya saben todas esas cosas sobre ti porque saben qué fuentes de noticias lees, el contenido de tus correos electrónicos, qué páginas de WebMD* has visitado y cuánto tiempo has pasado en qué iglesia, sinagoga, mezquita o centro humanista ético. Así que ni te preocupes. No es que haya hackeos todos los días, y cada vez habrá más a medida que pase el tiempo, y algún loco amoral de la web oscura acabará viendo una transcripción de cada conversación en persona que hayas tenido. Estarán demasiado ocupados mirando una lista de con quién has hablado, a qué hora y durante cuántos segundos.

Además, no necesitas utilizar un teléfono ni siquiera un ordenador para que invadan tu intimidad. ¿Sabías que las empresas de tarjetas de crédito pueden vender legalmente datos sobre tus compras a terceros? Es cierto. Y apuesto a que, si decides intentar eludir eso comprando exclusivamente con dinero físico, probablemente tu banco te señalará como una especie de bicho raro que saca demasiado dinero en efectivo y debe estar tramando algo turbio. Es mejor rendirse. No dudes en tener una conversación en persona con tu amigo más preocupado por la privacidad sobre lo inútil que es resistirse. Su iPhone o Android no lo captarán y, sinceramente, como si lo que dices fuera tan interesante. Sé realista, amigo mío. A nadie le importas.

Nuestra avanzada tecnología de la información tiene muchas ventajas, muchas de las cuales proceden de la personalización que obtienes cuando las empresas conocen tus preferencias. No puedes cambiar el mundo en que vivimos, así que lo mejor que puedes hacer es relajarte y disfrutar de lo bueno del siglo XXI. Y aunque pueda resultar inquietante enfrentarte a aquellos aspectos más oscuros de ti que atesoran las empresas, al menos puedes consolarte con el hecho de que tus conversaciones de voz a voz siguen siendo inviolables y, por muy extraños que parezcan los anuncios que te ponen, tu teléfono no te está espiando.

Por cierto, acaba de producirse una actualización de software, y ahora tu teléfono escucha tus conversaciones.

* WebMD es una empresa estadounidense que publica noticias e información en internet sobre salud y bienestar.


domingo, 16 de junio de 2024

Susan Solomon: “Sanar la tierra es posible”

Susan Solomon es una destacada científica atmosférica estadounidense, reconocida internacionalmente por sus contribuciones significativas a la comprensión del cambio climático y la protección ambiental. Nacida el 19 de enero de 1956 en Chicago, Illinois, Solomon ha dedicado su carrera a la investigación y la enseñanza en el campo de la química atmosférica.

Después de obtener su doctorado en Química en la Universidad de California, Berkeley, Solomon se unió a la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Entre 2002 y 2008, Solomon fue copresidenta del Grupo de Trabajo I del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, donde jugó un papel clave en la evaluación científica del cambio climático. En 2008, la revista Time la nombró una de las 100 personas más influyentes del mundo por su impacto en la política ambiental global.

Actualmente, Solomon es profesora en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), donde continúa su investigación y enseñanza. Su libro más reciente, “Solvable:How We Healed the Earth, and How We Can Do It Again”, destaca historias de éxito en la lucha contra problemas ambientales y ofrece una visión optimista sobre la capacidad de la humanidad para abordar el cambio climático.

A lo largo de su carrera, Solomon ha sido galardonada con numerosos premios y reconocimientos, incluyendo la Medalla Nacional de Ciencia de Estados Unidos y la elección a la Academia Nacional de Ciencias. Su dedicación y liderazgo continúan inspirando a la próxima generación de científicos y activistas ambientales.

En una época de “eco-catastrofismo” generalizado, Susan Solomon argumenta que es demasiado fácil “regodearse en nuestra miseria y en lo terrible que es todo... Pero 'todo está perdido' es exactamente lo contrario de donde necesitamos estar”.

Su optimismo se remonta a una “gran aventura científica” al inicio de su carrera. En 1985, el British Antarctic Survey reveló un agujero inesperado en la capa de ozono. Aunque Solomon se describe como una “fervorosa protectora del planeta”, inicialmente se sintió fascinada por el desafío intelectual de usar modelos computacionales para estudiar la estratosfera.

En 1986, a los 30 años, se convirtió en la científica líder de un equipo que pasó dos meses en la Antártida. Su investigación confirmó que los clorofluorocarbonos (CFCs), usados en desodorantes y refrigeradores, eran los responsables del agujero de ozono. Su trabajo fue crucial para el Protocolo de Montreal de 1987, considerado el mayor éxito ambiental internacional.

Solomon señala que la protección ambiental ha avanzado incluso bajo presidencias en EE. UU. comprometidas con la desregulación, y ha sido posible superar la resistencia de poderosas industrias. La presión pública, a menudo desde fuentes inesperadas, ha sido fundamental.

Aunque las comisiones de investigación políticas pueden generar un debate abierto entre diferentes expertos, Solomon considera que los procesos formales de evaluación científica son más efectivos, ya que proporcionan una base precisa de hechos para los negociadores que han de equilibrar la protección medioambiental con las necesidades de la economía.

Solomon explica que para que el público se involucre en una amenaza ambiental, esta debe sentirse personal y perceptible, y deben existir alternativas prácticas. Ejemplos como el agujero en la capa de ozono y los residuos de DDT en la leche materna han movilizado a la gente.

“Solvable: How We Healed the Earth, and How We Can Do It Again” concluye con una anécdota sobre la aprobación del Cuarto Informe de Evaluación del IPCC en 2007, donde un debate sobre la traducción de “el calentamiento es inequívoco” fue rápidamente resuelto por los delegados franceses y españoles.

Solomon sigue siendo optimista porque el cambio climático se ha vuelto personal y perceptible, como lo demuestran los incendios cerca de su casa en las Montañas Rocosas de Colorado. Aunque los ataques a los científicos continúan, ahora se centran más en las tecnologías y políticas, lo cual ella considera un avance. Está segura de que estamos progresando, ya que ahora es más barato construir y operar plantas de energía renovable que plantas de carbón, petróleo o gas. Aunque los desafíos persisten, espera que una nueva generación abrace estos desafíos con pasión.

“Estamos en un mundo lleno de cambios,” comenta. “Es un momento perfecto para ser científico del clima y estudiar estas cosas. Cada dos o tres años, algo nuevo surge y la gente dice: 'Oye, no entendemos esto'. Escoge un tema que realmente importe para el planeta y encuentra una manera de investigarlo. Será un viaje salvaje y emocionante y el mundo te necesita para hacerlo.”

Basado en: https://www.timeshighereducation.com/depth/susan-solomon-healing-earth-possible

domingo, 2 de junio de 2024

La evolución de los valores: de la juventud idealista a la madurez equilibrada (para quien la alcanza)

Somos lo que hemos vivido y por ello, la madurez trae consigo una reorganización profunda de los valores, tanto personales como sociales, en comparación con los que se mantienen en la primera juventud. Este proceso de evolución no es lineal, sino que se manifiesta en un vaivén de introspección, aprendizaje y experiencias que nos dejan huella. Para comprender mejor este fenómeno, debemos desglosar los aspectos que guían esta transformación y cómo se reflejan en nuestra vida diaria y en la sociedad.

En la juventud, cuando todo es nuevo y desconocido, los valores suelen ser idealistas y absolutos. La búsqueda de la autenticidad, la libertad y la justicia predomina en esta fase del pensamiento. Los jóvenes tienden a ver el mundo en términos de blanco y negro, buscando cambios radicales y soluciones rápidas a problemas complejos. Esta etapa de la vida está marcada por un fervor casi revolucionario, donde el espíritu es audaz y la pasión refulge en llamas. En esta etapa, el deseo de romper con las convenciones y establecer nuevas normas tiene un gran peso entre los más inconformistas. Los jóvenes tienden a impulsar cambios sociales, cuestionando el statu quo y proponiendo nuevas formas de pensar y vivir, aunque, paradójicamente, en no pocas ocasiones todo termina cambiando sin que nada cambie realmente.

Con el tiempo y la experiencia, estos valores comienzan a moldearse y, en bastantes casos, a moderarse. La madurez trae consigo una comprensión más profunda de la complejidad del mundo y de las relaciones humanas, aunque a esta le acompaña el riesgo de caer en el conformismo y la asunción de la derrota. El idealismo juvenil se matiza con una dosis de realismo, una aceptación de las imperfecciones y las contradicciones de la vida. Tal y como expresó el filósofo alemán Friedrich Nietzsche en su obra Más allá del bien y del mal, «La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugaba cuando era niño». Este retorno no implica un retroceso, sino una integración de la seriedad y la responsabilidad con la creatividad y la pasión juvenil. La madurez nos enseña a ver el mundo con una mirada más equilibrada, donde los sueños y las aspiraciones se combinan con una comprensión práctica de las limitaciones y las posibilidades, encontrando un punto de equilibrio dinámico a la medida de cada persona.

En el ámbito personal, y siempre que nos referimos a personas con una personalidad equilibrada y bien cohesionada, esta evolución de los valores se traduce en una mayor empatía y comprensión hacia los demás. Las experiencias de vida, tanto las positivas como las negativas, enseñan la importancia de la paciencia, la tolerancia y el compromiso. La madurez nos hace más conscientes de nuestras limitaciones y nos brinda la sabiduría para discernir entre lo que se puede cambiar y lo que debe ser aceptado. En el siglo XIX, el filósofo existencialista danés Søren Kierkegaard lo expresó de la siguiente manera en su obra «Diario de un seductor»: «La vida solo puede ser comprendida hacia atrás, pero debe ser vivida hacia delante». Este entendimiento retrospectivo nos permite enfrentar el futuro con una visión más clara y un corazón más abierto.

Socialmente, los valores también sufren una transformación significativa. En la juventud, el entorno de nuestros pares y las tendencias culturales juegan un papel crucial en la formación de valores. Sin embargo, a medida que maduramos, nuestras interacciones sociales se amplían y diversifican. Muchos, empezamos a valorar más la estabilidad, la seguridad y el bienestar colectivo. Este cambio refleja un desplazamiento de un enfoque individualista a una perspectiva más comunitaria y global. La filósofa Hannah Arendt destacó la importancia de la responsabilidad compartida en su obra «La condición humana», argumentando que esta es inherente a la naturaleza de la acción humana, la pluralidad y la interdependencia en la vida comunitaria. Desde esta perspectiva se destaca la necesidad de reconocer y asumir nuestro papel en la red de relaciones que conforman nuestra existencia colectiva, subrayando cómo nuestra capacidad de acción colectiva puede transformar el mundo.

Jean-Jacques Rousseau, en su obra «El contrato social», argumenta que «El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado». Esta cita resuena en la transición de la juventud a la madurez, donde las cadenas de la sociedad y las responsabilidades se sienten con mayor fuerza, pero también se entienden y se aceptan como parte del contrato social. La madurez nos lleva a reconocer y respetar estas cadenas, no como limitaciones, sino como estructuras necesarias para la convivencia y la armonía social.

Y llegando al día de hoy, en el primer cuarto del siglo XXI, la tecnología y la globalización han añadido nuevas dimensiones a esta evolución de valores. En un mundo donde cada vez todo sucede de forma más rápida y está interconectado, la empatía y la solidaridad y sus contrarias, se extienden más allá de las fronteras geográficas. La conciencia ambiental y la sostenibilidad han emergido como valores fundamentales en respuesta a los desafíos globales, así como un discurso negacionista de quienes prefieren escuchar mentiras agradables a verdades dolorosas. La filósofa contemporánea Martha Nussbaum ha enfatizado la importancia de la «capacidad de empatía global», destacando cómo nuestra comprensión de la justicia y la equidad debe adaptarse a un contexto mundial interconectado.

Buscando una conclusión ya a esta reflexión, la madurez no es simplemente una cuestión de envejecimiento, sino una transformación integral de nuestra manera de entender y valorar el mundo. Este proceso nos lleva a una comprensión más rica y matizada de la vida, donde los valores de la juventud se integran y se refinan, creando una visión más equilibrada y consciente. Como afirmó el filósofo y psiquiatra alemán Karl Jaspers, «El hombre maduro se encuentra solo, solo en tanto que sabe y quiere». La madurez es, en última instancia, un viaje hacia la autenticidad y la plenitud, una danza continua entre el idealismo de la juventud y el realismo de la experiencia, o como una buena amiga me ha dicho hoy, a transformarnos en «idealistos». Es un proceso dinámico que no solo nos transforma a nivel individual, sino que también moldea la sociedad, impulsándonos hacia el futuro, acabe adoptando este la forma que sea.

Bonus track: It Was A Very Good Year.

domingo, 19 de mayo de 2024

La urgencia de superar la polarización en España - 2024

En los últimos diez años, la polarización política y social en España ha aumentado hasta niveles alarmantes. Más que una dinámica que refleja a la sociedad, la polarización parece ser un mecanismo deliberado por parte de la clase política para mantenerse en el poder. Los partidos tradicionales, en particular PSOE y PP, con la colaboración necesaria de otros oportunistas de nueva creación, han renunciado a su papel de representantes orgánicos de sus bases para convertirse en plataformas electorales centradas en la figura del líder, lo que ha generado más confrontación y desigualdad.

La polarización no surge de manera orgánica de la sociedad, en lugar de ello, ambos términos son alimentados desde las alturas del poder político, a su vez apoyado por el económico, que efectivamente lleva las riendas del sistema. Los partidos necesitan mantener a sus votantes en estado constante de alerta y reacción, por lo que la creación de bandos antagónicos se convierte en una táctica perfecta para movilizar y garantizar la fidelidad de sus acólitos. Los medios de comunicación desempeñan un papel vital en esta dinámica. En lugar de servir como un contrapunto neutral y un espacio en el que se pueda argumentar, muchos medios de comunicación españoles informan según los intereses políticos y fomentan confrontaciones en lugar de apaciguarlas. La prensa debería actuar en su carácter de guardiana de la verdad y enemiga del populismo, en cambio, no pocos periódicos hablan de amarillismo e informan sobre cuestiones sensacionalistas en vez de transformarlo.

Desde luego, la sociedad civil desempeña aquí un papel fundamental. No hay duda de que se necesitan iniciativas de diálogo y entendimiento mutuo, educación cívica e instituciones democráticas robustas. Solo mediante un esfuerzo común podremos erradicar las estructuras que promueven la fractura ciudadana. La presión de la ciudadanía por la transparencia y la rendición de cuentas puede obligar a la clase política a actuar de una manera más responsable y menos en la división.

El futuro de la democracia en España estará determinado por nuestra voluntad de perseverar en la creación de una política de diálogo y consenso. La transformación no será fácil ni rápida, pero no es imposible. Requerirá un esfuerzo importante y tenaz de todos los sectores de la sociedad para desmontar el statu quo actual, que es un negocio lucrativo y destructivo basado en la confrontación. La experiencia de otros países demuestra que la polarización se puede revertir de la mano de una política inclusiva y una sociedad civil activa. Asimismo, también ha sucedido todo lo contrario: sociedades que han permitido llegar al poder a candidatos autocráticos con un pequeño barniz democrático.

Sin un esfuerzo decisivo para acercar las posiciones y superar nuestra supuesta polarización, las consecuencias para España podrían ser graves y duraderas. En última instancia, la perpetuación de la división debilitará la cohesión social al erosionar la confianza de los ciudadanos y sus instituciones democráticas. Un ejemplo contemporáneo de este letal círculo se encuentra en la creciente violencia y enfrentamientos en torno a las manifestaciones políticas. Los disturbios de Barcelona en 2019 son un micromodelo de intolerancia y radicalismo, pero son simplemente un ejemplo, cualquier otra supuesta «razón legítima» puede derivar en estas situaciones.

Además, la inmovilidad en la toma de decisiones políticas puede paralizar el progreso legislativo, trayendo consigo instrumentos poderosos sin oportunidades de implementación y socavando la capacidad de implementar políticas en favor del bienestar económico y social del país. Sin un esfuerzo consciente por parte de nuestros ciudadanos y líderes para alcanzar consensos más amplios, profundizaremos aún más las brechas, fracturas sociales y políticas y debilitaremos nuestra democracia y nuestro futuro.

domingo, 5 de mayo de 2024

Discutir por discutir es discutir al cuadrado

Erístico es un antiguo término retórico que se refiere a la forma en que ciertas personas discuten por discutir. En el mejor de los casos, les importa más ganar que tener razón. En el peor, simplemente quieren seguir discutiendo ad infinitum. Ninguna de las dos cosas es buena, pero ambas siguen siendo tan comunes ahora como hace dos mil años... si no más.

En parte, debido a la prevalencia de la erística, me siento atraído por lo que dijo Buda sobre las «preguntas sin respuesta», a veces llamadas «imponderables». Se trataba de una serie de preguntas relativas a la naturaleza de la existencia a las que se negaba a responder. ¿Por qué? En parte porque pensaba que era imposible hallar respuestas y, por tanto, una pérdida de tiempo. Y, lo que es más importante, argumentaba que sencillamente no tienen sentido. Por tanto, son peores que una mera distracción, porque nos perjudican activamente, lo cual, para Buda, significaba reducir la conversación a un contenido intelectual en exceso y no centrarse en la experiencia, desviándose así del camino hacia la iluminación.

La idea de Buda de que ciertas preguntas son una pérdida de tiempo (o algo peor) parece especialmente pertinente en la era de Internet, un lugar y tiempo lleno de discusiones interminables y de laberintos sin final. ¿Nos enzarzamos o no en estos infructuosos debates en línea? Me viene a la mente lo que está escrito en el Libro de los Proverbios: No respondas al necio según su necedad, no sea que tú también seas como él.

Platón dijo una vez que la retórica es el arte de trabajar sobre el alma de los hombres por medio del lenguaje. Una perspectiva convincente, ¿pues qué es la civilización humana, sino una serie incontable e interminable de conversaciones entre seres humanos? Siendo así, cómo hablamos y de qué elegimos hablar —o no hablar— son algunas de las decisiones más importantes que podemos tomar en la vida. Esta observación se encuentra en el corazón de las preguntas sin respuesta de Buda; una sabiduría antigua de suprema relevancia en un mundo dominado por la erística. 

lunes, 29 de abril de 2024

El mito de la segunda oportunidad

 

En ciertas narrativas recurrentes emerge un patrón con claridad: un personaje comete un error, uno solo, que luego lo persigue hasta el final de sus días. Imagina a una joven que, por un error de identificación en la policía, destruye dos vidas, incluida la suya. O a un hombre, cuyo intercambio de miradas se convierte en una obsesión que da paso al nacimiento de un acosador persistente. O una pareja que fracasa en su primer encuentro íntimo, marcando para siempre su relación.

Se critica este recurso narrativo por considerarlo inapropiado para un artista serio, acusándolo de instrumentalizar una obsesión con el incidente que no refleja la gradualidad y el desorden de la vida real. Mientras algunos autores se deleitan en la lenta acumulación de la experiencia humana, otros se centran en un evento singular. Demasiado ordenado. Demasiado simplista. Escrito como si estuviese destinado a ser el guión de una telenovela.

Hoy, con el suficiente paso del tiempo a mis espaldas como para observar a mis contemporáneos en su edad madura, incluidos algunos decepcionados y lastimados, sostengo que esta visión captura acertadamente la realidad. La sorpresa y el terror de la madurez radica en cuánto del destino de una persona puede depender de un solo error de juicio.

¿Ejemplos? Si te casas mal —o te casas cuando no deberías— no supongas que el daño es reversible. Si eliges mal tu carrera y te das cuenta pasados los 30, no cuentes, salvo inusuales excepciones, con encontrar un camino de retorno. Ninguno de estos errores tiene que condenar a una persona a un sufrimiento eterno y profundo, pero la vida depende del camino, cada error limita las próximas rondas de opciones. Un gran error, o simplemente uno temprano, puede cerrar toda esperanza de alcanzar la vida que inocentemente soñabas.

Y en cuanto a las personas que se dedican profesionalmente a ofrecer orientación, debería existir más sinceridad en su praxis. El auge de la industria del consejo —los podcasts de autoayuda, los entrenadores ejecutivos, etc.— ha sido mayormente benigno, pero mucho de su contenido se basa en los ideales estadounidenses, y refleja el optimismo mágico de ese país. La noción de un error irremediable es casi transgresora en la tierra de las segundas oportunidades. Además, por razones comerciales obvias, se dice al cliente que no todo está perdido, que la vida aún puede ser moldeada llegada la vida adulta. Por más brillante que sea el orador, nadie se inscribe en un seminario motivacional que proclame: "¿Tuviste hijos sin pensarlo bien? Ya es tarde".

En la narrativa contemporánea, un error no es un error, sino una oportunidad para crecer, para desarrollar resiliencia. Es simplemente un puente hacia el éxito definitivo. Y hay casos en los que así es. Pero la vida de una persona a los 50 no es la suma aritmética de todas sus decisiones pasadas. Por el contrario, está marcada por unas pocas desproporcionadamente importantes: a veces profesionales, a menudo románticas. Si fallas en estas, el alcance para remediar la situación es, si no nulo, muy complicado y la cultura cultura actual tiende a ocultar o falsear las malas noticias, endulzándolas con un almíbar de zonas seguras, enaltecimiento de los sentimientos hasta cumbres inaccesibles salvo para uno mismo, etc.

El vasto atractivo de los deportes de competición se confirma la mayoría de los fines de semana, en los que el resultado generalmente se decide por un tanto. Un equipo o jugador domina el partido, crea mejores oportunidades y, llegado el final, pierde el partido por un error. Esto, sin duda, refleja la vida fuera de los estadios. 

Ahora, pasada ya la mitad de mi vida, observo con asombro, decepción y pena, la ligereza con la que algunas personas toman decisiones, a la par que oculto con un velo de desmemoria las mías erradas.

domingo, 14 de abril de 2024

It's not magic, it's your effort. / No es magia, es tu esfuerzo.


1. Humanity has been existing for several thousand years, not since you realised it existed.

2. Reality exists.

3. And it has nothing to do with what you want it to be.

4. There is no way to foresee what will happen to you. There are many ways to prepare for contingencies.

5. And all those ways of preparing for contingencies are hard and cost a lot.

6. It is certain that everyone you meet knows something you don't. They usually know a lot more than you do. They often know a lot more than you do.

7. Your elders may not know how to play Fornite, but they have managed to make a much better living than you. Maybe they know something you don't.

8. The world doesn't owe you anything and never will. Whatever you have, you'll have to earn it.

9. If you don't know, ask. If you don't know that you know, you don't know, and if you think you know, you'll never know. 

10. The corollary of the previous point is, “How do you know you don't know if you don't know you don't know?”


1. La Humanidad lleva existiendo desde hace varios miles de años, no desde que tú te diste cuenta de que existía.

2. La realidad existe.

3. Y no tiene nada que ver con lo que tú quieres que sea.

4. No hay forma de prever lo que te va a pasar. Sí que hay muchas formas de prepararse para contingencias.

5. Y todas esas formas de prepararse son duras y cuestan mucho.

6. Es seguro que todo el mundo con quien te encuentres sabe algo que tú no sabes. Normalmente sabe mucho más de lo que tú sabes.

7. Tus mayores no sabrán jugar a Fornite pero se las han apañado para vivir mucho más que tú. Igual saben algo que tú no sabes.

8. El mundo ni te debe nada ni te lo deberá nunca. Lo que tengas tendrás que ganártelo.

9. Si no sabes, pregunta. Si no sabes que sabes es que no sabes, y si crees que sabes es que no sabrás nunca. 

10. El corolario del punto anterior es “¿Cómo sabes que no sabes, si no sabes que no sabes?”.


Fusilado casi en su totalidad de los consejos de vida para las generaciones más jóvenes, de Sebastián Puig.

domingo, 17 de marzo de 2024

Nada nuevo bajo el sol: el perenne reciclaje de las tradiciones


En el vasto tapiz de la historia humana, cada hilo nuevo parece teñido con los pigmentos del pasado. La evolución cultural, lejos de ser un salto hacia lo desconocido, se asemeja más a un baile en espiral, donde cada giro nos lleva por caminos ya recorridos, aunque con nuevos pasos.

Tomemos, por ejemplo, el panteón romano, un espejo casi exacto de la mitología griega. Júpiter, el rey de los dioses romanos, no es más que Zeus con una toga; Venus, una Afrodita renombrada. Esta apropiación cultural refleja una estrategia política y social para integrar a los pueblos conquistados, manteniendo intactas sus creencias, pero bajo el manto de Roma.

La Navidad, festividad que hoy engalana el mundo con luces y villancicos, tiene sus raíces en las Saturnales romanas y la Fiesta de Yule nórdica. El Papa Julio I, en el año 340 d.C., no hizo más que vestir un antiguo festival pagano con ropajes cristianos, en un intento de cristianizar costumbres arraigadas y facilitar la transición religiosa.

En la actualidad, los «Días de...» proliferan en nuestros calendarios como una moderna reinterpretación de las festividades santorales. El día de la felicidad, el día mundial del gorrión, o el día mundial sin carne, son ejemplos de cómo las viejas celebraciones han sido reemplazadas por otras con un enfoque más secular y universal, pero que en esencia buscan lo mismo: congregar a la comunidad en torno a valores compartidos.

Otros ejemplos incluyen la transformación de antiguos ritos de fertilidad en festivales de primavera, o la reinvención de antiguas ferias de mercado en modernos festivales de comida y música. Incluso la moda, que parece vivir en un estado de cambio constante, recicla estilos y tendencias de décadas pasadas, presentándolos como novedades.

La historia humana es un ciclo de reinvención, donde lo nuevo no es más que una adaptación de lo viejo. Tal como lo expresa el Eclesiastés 1, 10: «¿Qué es lo que ha sido? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y no hay nada nuevo bajo el sol». En este continuo histórico, cada generación toma el legado de la anterior, lo adapta y lo transforma, en un eterno retorno que nos recuerda que, en el fondo, nuestras historias son ecos de un pasado que siempre resuena en el presente.