Susan Solomon es una destacada científica atmosférica estadounidense, reconocida internacionalmente por sus contribuciones significativas a la comprensión del cambio climático y la protección ambiental. Nacida el 19 de enero de 1956 en Chicago, Illinois, Solomon ha dedicado su carrera a la investigación y la enseñanza en el campo de la química atmosférica.
Después de obtener su doctorado en Química en la Universidad
de California, Berkeley, Solomon se unió a la Administración Nacional Oceánica
y Atmosférica (NOAA). Entre 2002 y 2008, Solomon fue copresidenta del Grupo de
Trabajo I del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de las
Naciones Unidas, donde jugó un papel clave en la evaluación científica del
cambio climático. En 2008, la revista Time la nombró una de las 100 personas
más influyentes del mundo por su impacto en la política ambiental global.
Actualmente, Solomon es profesora en el Instituto de
Tecnología de Massachusetts (MIT), donde continúa su investigación y enseñanza.
Su libro más reciente, “Solvable:How We Healed the Earth, and How We Can Do It Again”, destaca historias de éxito en la lucha contra problemas ambientales y
ofrece una visión optimista sobre la capacidad de la humanidad para abordar el
cambio climático.
A lo largo de su carrera, Solomon ha sido galardonada con
numerosos premios y reconocimientos, incluyendo la Medalla Nacional de Ciencia
de Estados Unidos y la elección a la Academia Nacional de Ciencias. Su
dedicación y liderazgo continúan inspirando a la próxima generación de
científicos y activistas ambientales.
En una época de “eco-catastrofismo” generalizado, Susan
Solomon argumenta que es demasiado fácil “regodearse en nuestra miseria y en lo
terrible que es todo... Pero 'todo está perdido' es exactamente lo contrario de
donde necesitamos estar”.
Su optimismo se remonta a una “gran aventura científica” al inicio de su carrera. En 1985, el British Antarctic Survey reveló un agujero inesperado en la capa de ozono. Aunque Solomon se describe como una “fervorosa protectora del planeta”, inicialmente se sintió fascinada por el desafío intelectual de usar modelos computacionales para estudiar la estratosfera.
En 1986, a los 30 años, se convirtió en la científica líder
de un equipo que pasó dos meses en la Antártida. Su investigación confirmó que
los clorofluorocarbonos (CFCs), usados en desodorantes y refrigeradores, eran
los responsables del agujero de ozono. Su trabajo fue crucial para el Protocolo de Montreal de 1987, considerado el mayor éxito ambiental
internacional.
Solomon señala que la protección ambiental ha avanzado incluso bajo presidencias en EE. UU. comprometidas con la desregulación, y ha sido posible superar la resistencia de poderosas industrias. La presión pública, a menudo desde fuentes inesperadas, ha sido fundamental.
Aunque las comisiones de investigación políticas pueden generar un debate abierto entre diferentes expertos, Solomon considera que los procesos formales de evaluación científica son más efectivos, ya que proporcionan una base precisa de hechos para los negociadores que han de equilibrar la protección medioambiental con las necesidades de la economía.
Solomon explica que para que el público se involucre en una amenaza ambiental, esta debe sentirse personal y perceptible, y deben existir alternativas prácticas. Ejemplos como el agujero en la capa de ozono y los residuos de DDT en la leche materna han movilizado a la gente.
“Solvable: How We Healed the Earth, and How We Can Do It Again” concluye con una anécdota sobre la aprobación del Cuarto Informe de Evaluación del IPCC en 2007, donde un debate sobre la traducción de “el calentamiento es inequívoco” fue rápidamente resuelto por los delegados franceses y españoles.
Solomon sigue siendo optimista porque el cambio climático se ha vuelto personal y perceptible, como lo demuestran los incendios cerca de su casa en las Montañas Rocosas de Colorado. Aunque los ataques a los científicos continúan, ahora se centran más en las tecnologías y políticas, lo cual ella considera un avance. Está segura de que estamos progresando, ya que ahora es más barato construir y operar plantas de energía renovable que plantas de carbón, petróleo o gas. Aunque los desafíos persisten, espera que una nueva generación abrace estos desafíos con pasión.
“Estamos en un mundo lleno de cambios,” comenta. “Es un
momento perfecto para ser científico del clima y estudiar estas cosas. Cada dos
o tres años, algo nuevo surge y la gente dice: 'Oye, no entendemos esto'.
Escoge un tema que realmente importe para el planeta y encuentra una manera de
investigarlo. Será un viaje salvaje y emocionante y el mundo te necesita para
hacerlo.”
Basado en: https://www.timeshighereducation.com/depth/susan-solomon-healing-earth-possible