La noche, que es siempre ambigua, te enfurece.
Color de ginebra mala, son tus ojos unas bichas.
Yo sé que vas a romper en insultos y en lágrimas histéricas.
En la cama, luego, te calmaré con besos que me da pena dártelos.
Y al dormir te apretarás contra mí como una perra enferma.
Jaime Gil de Biedma
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Sé buena persona y por favor no castigues mis marchitas neuronas con otra escritura que no sea la respetuosa con la puntuación y la ortografía, el censor que llevo dentro te lo recompensará continuando dormido.