domingo, 19 de mayo de 2024

La urgencia de superar la polarización en España - 2024

En los últimos diez años, la polarización política y social en España ha aumentado hasta niveles alarmantes. Más que una dinámica que refleja a la sociedad, la polarización parece ser un mecanismo deliberado por parte de la clase política para mantenerse en el poder. Los partidos tradicionales, en particular PSOE y PP, con la colaboración necesaria de otros oportunistas de nueva creación, han renunciado a su papel de representantes orgánicos de sus bases para convertirse en plataformas electorales centradas en la figura del líder, lo que ha generado más confrontación y desigualdad.

La polarización no surge de manera orgánica de la sociedad, en lugar de ello, ambos términos son alimentados desde las alturas del poder político, a su vez apoyado por el económico, que efectivamente lleva las riendas del sistema. Los partidos necesitan mantener a sus votantes en estado constante de alerta y reacción, por lo que la creación de bandos antagónicos se convierte en una táctica perfecta para movilizar y garantizar la fidelidad de sus acólitos. Los medios de comunicación desempeñan un papel vital en esta dinámica. En lugar de servir como un contrapunto neutral y un espacio en el que se pueda argumentar, muchos medios de comunicación españoles informan según los intereses políticos y fomentan confrontaciones en lugar de apaciguarlas. La prensa debería actuar en su carácter de guardiana de la verdad y enemiga del populismo, en cambio, no pocos periódicos hablan de amarillismo e informan sobre cuestiones sensacionalistas en vez de transformarlo.

Desde luego, la sociedad civil desempeña aquí un papel fundamental. No hay duda de que se necesitan iniciativas de diálogo y entendimiento mutuo, educación cívica e instituciones democráticas robustas. Solo mediante un esfuerzo común podremos erradicar las estructuras que promueven la fractura ciudadana. La presión de la ciudadanía por la transparencia y la rendición de cuentas puede obligar a la clase política a actuar de una manera más responsable y menos en la división.

El futuro de la democracia en España estará determinado por nuestra voluntad de perseverar en la creación de una política de diálogo y consenso. La transformación no será fácil ni rápida, pero no es imposible. Requerirá un esfuerzo importante y tenaz de todos los sectores de la sociedad para desmontar el statu quo actual, que es un negocio lucrativo y destructivo basado en la confrontación. La experiencia de otros países demuestra que la polarización se puede revertir de la mano de una política inclusiva y una sociedad civil activa. Asimismo, también ha sucedido todo lo contrario: sociedades que han permitido llegar al poder a candidatos autocráticos con un pequeño barniz democrático.

Sin un esfuerzo decisivo para acercar las posiciones y superar nuestra supuesta polarización, las consecuencias para España podrían ser graves y duraderas. En última instancia, la perpetuación de la división debilitará la cohesión social al erosionar la confianza de los ciudadanos y sus instituciones democráticas. Un ejemplo contemporáneo de este letal círculo se encuentra en la creciente violencia y enfrentamientos en torno a las manifestaciones políticas. Los disturbios de Barcelona en 2019 son un micromodelo de intolerancia y radicalismo, pero son simplemente un ejemplo, cualquier otra supuesta «razón legítima» puede derivar en estas situaciones.

Además, la inmovilidad en la toma de decisiones políticas puede paralizar el progreso legislativo, trayendo consigo instrumentos poderosos sin oportunidades de implementación y socavando la capacidad de implementar políticas en favor del bienestar económico y social del país. Sin un esfuerzo consciente por parte de nuestros ciudadanos y líderes para alcanzar consensos más amplios, profundizaremos aún más las brechas, fracturas sociales y políticas y debilitaremos nuestra democracia y nuestro futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sé buena persona y por favor no castigues mis marchitas neuronas con otra escritura que no sea la respetuosa con la puntuación y la ortografía, el censor que llevo dentro te lo recompensará continuando dormido.