domingo, 18 de mayo de 2025

¿Quién fuiste, quién eres y en quién te convertirás?

 

Sísifo, por DALL·E 3

Siempre he creído que el carácter no se moldea en la comodidad, sino en ambientes que nos plantean retos. Cuando pienso en personajes de la historia reciente que encarnan esta idea, de manera inmediata me viene a la memoria Nelson Mandela. Su vida fue una lucha continua contra la opresión, con veintisiete años de su vida pasados en prisión por luchar por algo tan básico como los derechos humanos. No obstante, cuando la segregación racial fue finalmente derrotada, no se convirtió en uno de los mejores presidentes de Sudáfrica por haber sufrido, sino por quién se había convertido mientras. Un Mandela compasivo, paciente y decidido a sanar a su país. El resentimiento no definió en quién se había convertido; por el contrario, su trayectoria vital le llevó a comprometerse de una manera inquebrantable con sus semejantes, poniéndose a su servicio.


De una forma similar, tenemos a Jane Goodall, quien sigue entre nosotros. Desde su juventud, desafió las expectativas que una mujer de su época podía tener al mudarse de su humilde hogar británico a las junglas africanas para estudiar a los chimpancés. Vinculada a estos animales, no solo cambió nuestra perspectiva de ellos, sino que dedicó su vida a su preservación y la del medioambiente. Es un ejemplo vivo de cómo la curiosidad, la determinación y el compromiso con una gran causa pueden construir un legado duradero.


Otro ejemplo relativamente reciente es Marie Curie. Su genialidad no provino de una vida fácil, sino de un duro esfuerzo; en un entorno monopolizado por los hombres y con escasos medios materiales, sus contribuciones científicas transformaron la medicina y la física.


Estos tres son perfectos ejemplos de que su felicidad no fue fruto de nacer y crecer en un entorno pleno de medios materiales y con todo a su favor, sino que la alcanzaron gracias al camino, a la vida que eligieron vivir y que terminó definiéndoles. En última instancia, somos quienes decidimos ser y no otra cosa. Viktor Frankl, uno de los supervivientes del Holocausto, nos dejó la idea de que el sentido no se descubre; sino que se construye. Incluso en las situaciones más espantosas, lo único que importa son nuestras respuestas a los desafíos.


Antes de terminar, cierro con esta pregunta: Así que, antes de hacer la pregunta: ¿Qué desafío has elegido asumir para construir tu vida?

Porque las adversidades no son nuestras enemigas; son las condiciones necesarias para que podamos moldear nuestro carácter. La verdadera tragedia de cualquier persona no es el fracaso ni el dolor, sino vivir sin un propósito, sin cuestionarnos quiénes queremos ser y trabajar por hacerlo posible. Por tanto, cada noche, antes de cerrar los ojos, la pregunta que todos nos deberíamos hacer es: ¿en quién te has convertido hoy?

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Sé buena persona y por favor no castigues mis marchitas neuronas con otra escritura que no sea la respetuosa con la puntuación y la ortografía, el censor que llevo dentro te lo recompensará continuando dormido.