"De vuelta de vacaciones", anuncia el barbero,
o el cartero, o la chica de la farmacia, ahora bronceada.
Se sorprenden al encontrar el mundo del día a día
todavía en su lugar, su ausencia no ha hecho fallar ningún engranaje,
sus clientes apenas los han echado de menos, y
hay una audiencia tan escasa para hablar de las maravillas,
las pirámides que han visto, los mares cálidos y sedosos,
las noches de marimbas, las compras realizadas
en lenguas extranjeras, los mendigos, las moscas,
el lujo de un hotel, la grandeza de las ciudades de mármol.
Pero en la aduana la monotonía aprisionaba sus reclamaciones.
Los días grises se cerraban a su alrededor; el yugo aún les quedaba bien,
caliente como si nunca se hubiera soltado. El mundo es tan pequeño,
dicta la evidencia, aunque sus corazones gritan, "¡No es así!"
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé buena persona y por favor no castigues mis marchitas neuronas con otra escritura que no sea la respetuosa con la puntuación y la ortografía, el censor que llevo dentro te lo recompensará continuando dormido.