domingo, 7 de septiembre de 2014

Casa Xochiquetzal aka Casa Dignidad


La Casa Xochiquetzal es un proyecto único en el mundo, en el que se ha buscado dar un hogar a aquellas mujeres que se dedicaron al trabajo sexual y al llegar a la vejez, vivían en situación de calle. Para ellas, desde hace seis años, esta Casa enclavada en el Centro Histórico de la Ciudad de México, representa un cobijo, comida, actividades y la posibilidad de vivir tranquilas. Es un esfuerzo del gobierno y la sociedad civil.

Casa Xochiquetzal es un albergue que tiene una misión asistencial. Beneficia a un sector vulnerable de la sociedad por edad, sexo y situación social, mediante la atención de necesidades básicas en materia de alimentación, vivienda; asistencia médica, jurídica; ayuda para servicios funerarios, orientación social y promoción de los derechos humanos.

Como visión, su finalidad es ofrecer un espacio digno a trabajadoras sexuales de la tercera edad de escasos recursos y/o riesgo de calle, proporcionando vivienda, alimentación y servicios de atención médica, psicológica y asesoría legal, contribuyendo al mejoramiento y promoción de los derechos humanos para evitar todo tipo de discriminación y maltrato, desde una perspectiva de equidad y compromiso social. Asimismo busca servir como modelo de desarrollo asistencial en su tipo, propiciando de manera ejemplar la promoción de los derechos humanos y evitando cualquier tipo de discriminación y maltrato.

El albergue se ha convertido en la esperanza de mujeres que, de otro modo, estarían condenadas a la indigencia. La idea surgió hace 15 años y se materializó hace 10, una fecha que preocupa a la dirección de la casa porque el edificio que ocupa fue cedido por una década en 2005 por el Ayuntamiento de la ciudad y no saben aún si la concesión será renovada. En 2006, un grupo de diez mujeres empezó a transformar un antiguo museo lleno de escombros en un hogar. Al principio dormían todas juntas en un espacio que ha acabado convertido en un teatro. Hoy, como mucho, son tres las que comparten habitación.

Otro motivo que preocupa a los responsables es la financiación del programa, que ha perdido el apoyo público (las ayudas del Gobierno del Distrito Federal solo cubren el 20% de sus necesidades y el 30% de los alimentos que consumen) y depende cada vez más de las donaciones.





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